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SICOLOGÍA

Trastorno obsesivo compulsivo, depresión, estrés, ansiedad... Estudios de la personalidad y la conducta. Patologías y trastornos mentales...

jueves, noviembre 27, 2008

Trastorno Obsesivo-Compulsivo, una visión general

Este trastorno es una enfermedad que afecta pensamientos y acciones y se cree viene originado por un desequilibrio bioquímico del cerebro. El T.O.C. se ha clasificado como un trastorno de ansiedad en el Diagnostic and Statistical Manual (DSM-IV) publicado por la American Psychiatric Association.
Se caracteriza por pensamientos recurrentes y perturbadores (denominados obsesiones) y/o comportamientos ritualizados que la persona se siente obligado a efectuar (compulsiones)
Las obsesiones pueden tomar también forma de imágenes intrusivas o impulsos no deseados. La mayoría de pacientes sufren tanto obsesiones como compulsiones, pero una minoría (sobre un 20%) tienen sólo obsesiones o sólo compulsiones (sobre un 10%). La persona con T.O.C., por lo general, intenta eliminar de forma activa o neutralizar la obsesión mediante la realización de compulsiones o evitar situaciones que puedan originarla. En la mayoría de los casos, las compulsiones sirven para reducir la ansiedad. Sin embargo, no es infrecuente que las compulsiones por ellas mismas generen ansiedad, especialmente cuando se convierten en apremiantes.
La persona suele reconocer que los pensamientos o comportamientos no tienen sentido o son excesivas. Sin embargo, el impulso de hacerlas es tan potente que no tiene más remedio que realizarlas:
Una mujer pasaba horas cada tarde removiendo entre el contenido de la papelera para asegurarse de que no contenía nada valioso. Cuando se le preguntaba qué estaba haciendo, admitía: “no tengo ni idea, no poseo nada valioso”.

Ejemplos de obsesiones y compulsiones:
Los tipos comunes de obsesiones incluyen problemas concernientes a la contaminación (miedo a la suciedad, gérmenes o enfermedad), seguridad/daño (ser responsable de haber provocado un fuego), actos de agresión no deseados (impulsos de provocar daño a un ser querido) pensamientos sexuales o religiosos inapropiados (imágenes sacrílegas) y la necesidad de simetría o exactitud.
Las compulsiones más comunes incluyen excesiva limpieza (ritual de lavarse las manos), comprobación, rituales de orden y arreglo, contar, repetir actividades cotidianas (entrar y salir por una puerta) y acumular (coleccionar artículos sin una gran utilidad). Mientras que algunas compulsiones son comportamientos observables (lavarse las manos), otros se realizan como rituales mentales (pronunciación silenciosa de palabras sin sentido para vencer imágenes no deseadas).
La mayoría de pacientes de T.O.C. sufren múltiples tipos de obsesiones y compulsiones, algunos pueden primero indicar que su obsesión es con la contaminación por amianto, pero una posterior entrevista desvelará que en silencio suelen contar los ladrillos que pisan o los buzones de correos que encuentran a su paso.

Tratamientos:
En el pasado, no se disponía de muchos tratamientos efectivos idóneos para los pacientes con T.O.C. y tenían que batallar con sus síntomas por sí solos y la mayoría vivían en una pura agonía durante años.
Hoy en día, existen a nuestro alcance una variedad de tratamientos positivos para aquellos que sufren del trastorno. Es importante encontrar la terapia adecuada y empezarla cuanto antes. Cuanto antes se inicie el tratamiento, menos se desarrollarán las complicaciones típicas de esta enfermedad.

Médicos:
Dirigidos a reducir los síntomas y que funcionan mejor junto con otras terapias. A menudo se prescriben tranquilizantes a aquellas personas con síntomas más graves con el fin de relajar los músculos del cuerpo y dominar así las acciones compulsivas. Debido a que pueden causar hábito, deberían consumirse dentro de un periodo corto de tiempo.

Neurocirugía:
Sólo en casos muy especiales y con ciertas reservas por razones obvias.

Psicoterapia:
La psicoterapia es extremadamente beneficiosa para este tipo de trastorno. Debería tenerse en cuenta como primera línea de tratamiento, especialmente en niños. La psicoterapia debe realizarse individualmente y por un especialista evitando el grupo. La terapia cognitiva conductual es la única probada para conseguir la efectividad que se busca en este trastorno.
Es sumamente positiva para pacientes de T.O.C. ya que es un tipo de terapia que se dirige a provocar cambios de patrones de pensamiento por conducta alterada. El paciente será expuesto gradualmente a la obsesión que le aterra sin que se vea “obligado” a realizar un comportamiento compulsivo. Con la exposición gradual el paciente experimentará menos y menos ansiedad hasta darse cuenta de que nada malo va a pasar. Después del tratamiento de un 50% a un 80% de los pacientes comprobarán el cese de su compulsividad.

Por: Dr. Michael Demitri
Psycentral

El T.O.C. es uno de los trastornos más perturbadores

Un testimonio real:

“Tenía 13 años cuando noté por primera vez que algo andaba mal en mi vida cotidiana. Empecé a preocuparme por lo que hacía o dejaba de hacer y las posibles repercusiones en accidentes o daños a las personas que amaba: ¿Había cerrado la llave del gas de la cocina, o apagado la plancha?, ¿estaba seguro todo en casa?”

“Estos pensamientos venían a mi mente con demasiada frecuencia y para deshacerme de ellos tenía que comprobar una y otra vez que todo estaba en orden. Lo que había empezado como ansiedad pronto trastornó mi vida de arriba a abajo. No había nada que los disparase; simplemente, ocurrían”.

“Recuerdo que una vez pasé una hora en salir del baño intentando asegurarme de que la alfombrilla estaba totalmente plana para evitar que nadie tropezase con ella, pero cuanto más lo pretendía menos me aseguraba de haberlo conseguido. Al principio la comprobación resultaba tranquilizadora pero después los pensamientos intrusivos iban aumentando más y más lo que obligaba a asegurarme más y más. Era un círculo vicioso del que no podía salir.”

Como la mayoría de personas que sufren el problema, les es muy difícil hablar sobre el mismo con su familia y suelen ocultar sus pensamientos obsesivos y los rituales asociados a ellos.

"Solía pasar la noche llorando en mi cama o realizando rituales sin que nadie me viese. Ello me llevaba a aislarme. El tipo de pensamientos y los rituales son realmente embarazosos. Es muy, muy difícil abrirte y hablar de ellos. Me sentía ansiosa y en los peores momentos pensé en el suicidio”.

Gillian dijo que dos de los problemas principales que tuvo que afrontar fueron el diagnóstico y el tratamiento correctos.
Se le diagnosticó el T.O.C. a la edad de 26 años después de ser tratada sin éxito durante años de lo que los médicos sospecharon era una depresión.

“Cuando encontré el antidepresivo correcto para mi problema los efectos fueron bastante fuertes, pero no desistí. Más tarde acudí a varias sesiones de terapia cognitiva-conductual que me ayudaron muchísimo”.

Gracias a todo esto, Gillian es capaz de llevar una vida normal y trabaja a jornada completa.

“Tengo mis días malos. No se han ido todos los pensamientos intrusivos, pero ya no me perturban como lo hacían”.

Science Update


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