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SICOLOGÍA

Trastorno obsesivo compulsivo, depresión, estrés, ansiedad... Estudios de la personalidad y la conducta. Patologías y trastornos mentales...

miércoles, julio 30, 2008

Mujeres y obsesión

Las mujeres tienen más tendencia a dar vueltas a las cosas de forma obsesiva.

Existe una forma de pensamiento en la que, al igual que un hamster en su jaula, la persona va dando vueltas a un asunto en su cabeza. Puede ser la obsesión sobre un problema, una pérdida, cualquier tipo de contrariedad o incluso ambigüedad, sin poder pasar a la acción.
Se produce entonces una doble complicación: mientras se le va dando vueltas al asunto, éste se profundiza más y más en el cerebro, intensificando así sus niveles de ansiedad y depresión. Los problemas adquieren un grado más intenso al magnificarlos y quedan sin resolver ya que cuesta cada vez más tomar una decisión para solucionarlos.
Como algunos investigadores han demostrado, la tendencia a iniciar este proceso revela una gran cantidad de diferencias de género en la forma en que se controlan las experiencias emocionales.
En lo que a estilos de pensamiento se refiere, los hombres y las mujeres deberían aprender unos de otros. Mientras que las mujeres se hallan más predispuestas a pensar en círculo, quizá porque valoran más las relaciones y dedican más tiempo y energía mental al proceso, a menudo equívoco, de cómo contentarlas, los hombres, en general, toman el camino opuesto: se lanzan a la acción sin pensar demasiado en el problema y como resultado, las soluciones no están siempre lo suficientemente bien enfocadas o dirigidas.
He aquí algunas estrategias que pueden ayudarle a mejorar el control de sus pensamientos en situaciones difíciles:
• Evalúe su propia tendencia a obsesionarse sobre los problemas. Píenselo como una prueba de mantenimiento para su cerebro. Pregunte no sólo a sus amigos, sino también a los conocidos qué opinan sobre sus niveles de obsesión en una escala que vaya desde suave, moderado hasta grave.
• Tómese su tiempo en evaluar cuánto emplea en pensar sobre un mismo problema, si concierne a uno de sus hijos, su trabajo o si debe cambiar un electrodoméstico. Al finalizar cinco minutos, debería tener un sentimiento de pasar a otro paso en la acción requerida para solucionar el problema.
Si piensa sobre el problema después de cinco minutos, existe la posibilidad de que padezca un trastorno obsesivo.
• Los hombres pueden beneficiarse especialmente mirando si están reprimiendo sus sentimientos. ¿Cuánto tiempo evita centrarse en sus problemas relacionados con emociones? ¿deja pasar días o incluso semanas sin pensar en los problemas más acuciantes? De nuevo, confíe en otros ya sean familiares, amigos, conocidos, para recavar información sobre cómo es usted ante la obsesión.
• Si es usted obsesiva, concédase cinco minutos en pensar sobre un problema en particular. Es realmente beneficioso poder hablar del problema con otra persona, eso le dará el suficiente “feedback” que la ayudará a abrir su mente y a acometer la acción más efectiva para conseguir sus objetivos.
• Un elemento clave para ganar control sobre sus pensamientos limitando a la obsesión es usar técnicas de distracción a través de la acción. Cuando los pensamientos empiezan a dar vueltas es necesario romper el círculo mediante maniobras de distracción. Salga a dar un paseo. Salga al jardín o ocúpese de sus plantas. Entre en la cocina y piense qué prefiere para cenar. Abra un libro y léalo.
• Entienda que la resolución de problemas siempre requiere proceso sus pensamientos de una manera constructiva y actuar sobre ellos. En situaciones difíciles es necesario saber cuándo procesar el tema con el que está lidiando y cuándo no y cuánto y ello depende de su energía.
Puede intercambiar entre proceso y actividad tan a menudo como el pensamiento le lleve hacia el tema ya que de otra manera podría hundirse en la obsesión. Si se mueve hacia adelante, va hacia la dirección correcta.
Por: Ellen McGrath

jueves, julio 10, 2008

Psicoterapia para el T.O.C.

Primeros Tratamientos
Anteriormente, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) estaba considerado como “neurótico”. Sigmund Freud, el padre de la psicoterapia prestó una atención considerable a este trastorno y creía que el trastorno abarcaba un amplio espectro que iba de la personalidad obsesivo-compulsiva a la psicosis. Su tratamiento fue el psicoanálisis, aceptado durante muchas décadas. Debido a que no se obtuvieron los resultados apetecidos, se consideró al trastorno como raro e intratable.
Incluso hoy en día las formas más populares de psicoterapia incluyen el psicoanálisis y su sucesora la terapia psicodinámica. Los objetivos de estas formas de terapia no encubren motivaciones ocultas y ganan en interiorización—por lo que se refiere a “terapia de orientación interior”. La utilización del psicoanálisis freudiano ha ido decreciendo en favor de la psicoterapia psicodinámica debido a sus rápidos resultados. El psicoanálisis tradicional puede tener un proceso amplio en el tiempo, por incluir terapeutas que tratan de no influir al paciente, esperando a que lleguen a un “renacer” por sí mismos. Este proceso lleva años, haciéndolo inaccesible para la mayoría.
Los modernos tratamientos de psicodinámica, aunque persiguen objetivos similares en cuanto a orientación interior, incluyen más interactividad por parte del psicoterapeuta, permitiendo una terapia más corta, menos de 25 sesiones por lo general. Las personas que padecen TOC tienen como mínimo algunas interiorizaciones por lo que hace a sus comportamientos, haciendo que el objetivo básico sea menos útil; la interiorización por sí misma no es suficiente para “curar” el TOC. Ahora hemos aprendido que el TOC tiene, en gran parte, una causa biológica (queremos decir, por ejemplo, que el comportamiento obsesivo no esta causado simplemente por una mala relación con la madre, sino que tiende a producirse por herencia familiar). Debido al fracaso de los tratamientos psicológicos tradicionales para el TOC, se utilizan ahora los cognitivos-conductuales, con unos resultados francamente satisfactorios.
Tratamientos modernos
La terapia cognitiva-conductual (TCC) es una categoría de tratamientos psicológicos utilizados con éxito para los trastornos obsesivo-compulsivos. Esta terapia es la mejor forma de reducir permanentemente los síntomas del TOC. Está estudiado científicamente y muestra que realmente puede cambiar la actividad en el cerebro de una persona—en el sentido de que a través del mismo se puede “reeducar” al cerebro.
El objetivo de la TCC es doble: cambiar pensamientos y a la vez comportamientos. La parte cognitiva incluye la identificación y análisis de los pensamientos irracionales, permitiendo afrontarlos. Por lo que hace a la parte del pensamiento, el terapeuta y el paciente trabajan unidos para cambiar los comportamientos compulsivos. Ello incluye técnicas como Exposición y Prevención de Respuestas, también denominado Exposición y Prevención Ritual.
La exposición y prevención de respuesta o ritual tiene éxito de un 75 a 80% en cuanto a reducir los síntomas, haciendo el tratamiento más efectivo para el TOC. La persona que padece sentimientos obsesivos (TOC), experimenta extrema ansiedad y ello origina la ejecución de compulsiones que alivian momentáneamente esa ansiedad. Su objetivo es exponer a los que padecen TOC directamente a las obsesiones que les producen ansiedad y luego prevenir la actuación de rituales compulsivas para aliviar esa ansiedad. Es un proceso jerárquico. El terapeuta debe definir y clasificar sus miedos, desde los más perturbadores hasta los que lo son menos. Una vez hecho, se insta al paciente a exponerse a cada uno de los miedos tan pronto esté preparado para ello. El terapeuta jamás obligará a su paciente a efectuar ninguna acción que éste no desee, ya que es preciso tener mucho cuidado en asegurarse de que el sujeto se encuentra listo para el siguiente paso—debido a ello el proceso se alarga en el tiempo. El paciente de TOC aprende que la ansiedad en sí misma no es grave.
Debido a que el solo pensamiento de afrontar al miedo puede ser disuasorio por parte de muchos pacientes, algunos se preguntan si es posible evitar una parte de la terapia. La terapia cognitiva sola puede ser útil si un paciente es incapaz de participar en los ejercicios, pero la parte del tratamiento del comportamiento es la clave del éxito.
El terapeuta asignará tareas para que las lleve a cabo el paciente y evaluará el proceso de los síntomas para asegurarse de que va mejorando. El terapeuta estimulará de alguna manera al paciente ya que quizá necesite que se le dirija para conseguir una mayor efectividad en el tratamiento, pero no más de lo que el paciente pueda controlar. Es un proceso difícil pero muy efectivo y gratificante. La TCC es también efectiva para la mayoría de trastornos de ansiedad y muchos trastornos del espectro obsesivo-compulsivo.
El terapeuta adecuado
Debido a que no todos los terapeutas poseen las enseñanzas especializadas sobre las técnicas de comportamiento, las personas con TOC deberían elegir a un profesional de salud mental con cuidado antes de iniciar un programa de tratamiento, asegurándose de poseer la suficiente experiencia por lo que hace a los tratamientos con técnicas de comportamiento para trastornos de ansiedad. Es común encontrar personas con TOC que han asistido a terapias psicodinámicas sin observar efectividad alguna ni mejoría durante largo tiempo. Incluso debería evitarse un terapeuta cognitivista sin la suficiente experiencia en el trato del comportamiento.
Las personas que siguen un tratamiento correcto deberían empezar a ver su mejoría después de unas pocas sesiones de terapia cognitivo-conductual.


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