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SICOLOGÍA

Trastorno obsesivo compulsivo, depresión, estrés, ansiedad... Estudios de la personalidad y la conducta. Patologías y trastornos mentales...

miércoles, septiembre 27, 2006

Misofobia: el pánico a los gérmenes ataca a más de 16.000 españoles

Los enfermos llegan a lavarse las manos 40 veces en 20 minutos y a tirar la ropa nada más usarla. Algunos se encierran para no contaminarse.
«Mi mujer no deja que su familia se acerque a ella porque tiene un miedo irracional a que la contaminen. Su obsesión por los gérmenes y microbios es tal, que tira la ropa nada más ponérsela y no va a determinados pueblos o casas porque piensa que están viciados de seres patógenos. Además, extrema las medidas de acceso a habitaciones como el dormitorio y el baño, de tal forma que para entrar en ellos debemos ingresar desnudos y alejar la vestimenta diaria de estas zonas de “culto”». Así comienza el testimonio de Óscar cuando intenta explicar la enfermedad de su mujer. «Está obsesionada con la contaminación. Ella dice que los virus se transmiten por el aire y los asocia a determinados lugares, personas o cosas. Este problema ha condicionado toda su vida, y la mía». Óscar está desesperado y no sabe qué hacer. Su esposa padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) al que algunos expertos denominan misofobia. Se caracteriza por un temor irracional a los gérmenes patógenos y esto significa que todo el sentir, pensar y actuar de esa persona se centra primordialmente en evitar cualquier tipo de contagio. Es una conducta extremista. Es como una droga, ya que esa sensación les centra todos sus días. Basan su vida en ese problema, y esto hace que se cronifique la enfermedad. Piensan que nada de lo que hacen es suficiente para no contaminarse.
A Lola le ocurre lo mismo. «Tiene sus manos dañadas por el uso excesivo de la lejía que utiliza para librarse de todo posible germen. El problema es que está obsesionada con infectar a su familia de cáncer a pesar de saber que esto no es factible. Su temor le ha llevado a seguir una serie de rituales para evitar cualquier posible contagio. Por ejemplo, lavarse escrupulosamente las manos en muchas ocasiones. Hay días que hasta cuarenta veces en veinte minutos. Pero no es lo único, ni la única. Ha llegado a implicar a su familia. Su marido y sus hijos deben quitarse los zapatos al entrar en casa y cambiarse toda la ropa, ya que cualquier indicio de contaminación le supone un sufrimiento y una angustia enorme». Ésta es la historia que relata la psicóloga y experta en trastorno obsesivo compulsivo (TOC), Isabel Larraburu. «Es una paciente mía. Su actividad se centra solamente en limpiar, frotar y volver a empezar. Tiene la sensación de que le faltan horas del día y nunca está satisfecha».
Las causas de esta patología no son claras. Según Luisa Lázaro, jefa de sección del Servicio de Psiquiatría infantil y juvenil del Hospital Clínico de Barcelona, «no hay una razón concreta. Es un trastorno neurobiológico en el que influyen diversos factores. Entre ellos, el genético. En ocasiones, hay una serie de experiencias específicas, basadas en situaciones traumáticas, que hacen aflorar la patología, pero esto no es la causa en ningún caso, sino el detonante».

La enfermedad de la duda
A pesar de que la enfermedad pueda ser desconocida para muchos, es una de las más frecuentes dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos. El presidente de la Asociación de Pacientes con TOC, Julio Vallejo, afirma que «el 0,8 por ciento de la población española sufre TOC. De éstos, el 50 por ciento tienen un trastorno referente a la contaminación». La frontera que divide a la gente con ligeras manías de los enfermos con trastorno obsesivo compulsivo, y en concreto, los misófobos, es la incertidumbre. «Las personas que sufren este trastorno no pueden vivir con ninguna duda. Por ejemplo, yo si voy al metro me puedo contaminar o no al tocar la barandilla. Es una incertidumbre. Existe esa duda. La diferencia es que yo supero y afronto esa sospecha. Soy capaz de vivir con ella. Sin embargo, los enfermos no pueden vencer esa sensación de inseguridad y necesitan imperiosamente, por ejemplo, entrar en una cafetería y lavarse de forma compulsiva las manos. Tienen que tener un control absoluto de todo», explica Begoña Fernández.
Otro rasgo en la mayoría de los enfermos es que son conscientes de su problema, aunque no todos responden igual. «Hay algunos que minimizan los síntomas y los tratan de esconder y ocultar, y hay otros que, por el contrario, enseguida buscan ayuda de profesionales», explica Luisa Lázaro.
En el caso de Óscar, su mujer sabe que tiene un problema y solicitó ayuda -junto a su marido- profesional. No obstante, todavía no han encontrado un buen especialista que les aconseje y tan sólo está tomando medicamentos antidepresivos. Ahora ella está embarazada, y Óscar teme lo peor. «Tiene que dejar los fármacos, porque si no el bebé corre riesgo de sufrir malformaciones. Pero el problema es que no puede abandonar el tratamiento. Su salud está en juego».
Sin embargo, el problema añadido del embarazo no resta importancia a que Óscar no haya encontrado todavía un buen experto que trate de continuo a su mujer.

Psicodiagnóstico
Según explica Lázaro, «es imprescindible un profesional que haga un adecuado psicodiagnóstico para posteriormente aplicar un buen tratamiento. Generalmente éste se basa en dos terapias: psicológica y farmacológica. La primera suele ser una terapia cognitivo-conductal, que por así decirlo, es un tratamiento de choque», afirma. «Este método consiste en exponer al paciente a sus compulsiones, es decir, a sus miedos. Para ello, deberá estar siempre acompañado de un terapeuta que siga el proceso. Por ejemplo, cuando la persona se sienta sucia y tenga una necesidad imperiosa de lavarse, hay que evitar por todos los medios que lo haga para que vea que no ocurre nada. Teniendo en cuenta la obsesión de los enfermos, es un método bastante fuerte. Por ello es necesario que siempre esté un especialista acompañándole. Si no, un familiar que le ayude», concluye Lázaro.
La familia es muy importante y juega un papel primordial. No obstante, en los casos de TOC deben llevar un excesivo cuidado, ya que con sus actos pueden reforzar el trastorno. «Si una mujer no quiere beber en un vaso porque está contaminado, y el marido se lo limpia está perjudicando a la paciente», asegura Begoña Fernández. Pero Óscar sabe que no todo es tan sencillo: «Yo siempre le intento explicar que lo que le pasa es una enfermedad, pero hay veces que no puedo más y cedo. Por ejemplo, si sé que una prenda le causa mucha intranquilidad acepto que la elimine».
En general, la mayoría de los expertos está de acuerdo en que los familiares suelen ayudar y comprender a los enfermos, aunque siempre existe alguna excepción. Óscar lo sabe. «Los familiares son muy crueles con mi mujer porque es muy difícil entender que algo no funciona bien en su cerebro y que sus actos no son muy racionales. Siempre hay gente que dice que son sólo tonterías, y no se creen que no lo pueda controlar.
Pese a todo, Óscar no se rinde y en su angustia es capaz de mirar el lado positivo: «Cuando no sabíamos de qué se trataba estuvimos a punto de separarnos. Ahora, sin embargo, la patología nos ha unido mucho más».

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me siento mucho mejor al saber que no solo yo sufri de eso,a mi ya se me quito gracias a Dios y espero que a todos los que lo tengan tambien

Anónimo dijo...

Yo tengo el problema de la mujer y quiero solucionarlo pero tengo que encontrar un buen terapeuta. Es dificil superarlo sola y cada vez es peor. Mi bronca es que no puedo olvidar el motivo que lo ocasionó.

Anónimo dijo...

Por favor algun tratamieento especifico no solo medicamentos , para terminar con esta enfermedad ,me lavo las manos muchas veces al dia , no dejo que toquen mi cabello por temor a la contaminacion, etc ,por favor espero respuesta de algun profesional o persona dispuesta ayudar gracias

Anónimo dijo...

Por favor como lograste que se te quite

Anónimo dijo...

Por mucho que intenten los demas y nosotros mismos convencernos de que lo que hacemos sobrepasa un fin lógico,p.e,lavarse las manos es lógico cuando las sientes sucias,hay un click un resbalón algo que se escapa y que no tenemos el control ni de entenderlo ni de controlarlo,es como si se me pusiera una nube en la cabeza y ya no sé que es lo que estoy haciendo y pq,y cuanto mas lo hago mas perdida estoy...la medicación ayuda mucho,pero que traten de explicarnos y de guiarnos serí de mucha ayuda.Mucho ánimo a tod@s.

Anónimo dijo...

Como lo lograste necesito ayuda... Desde los 8 años sufro de esto y ya tengo 13 y no quería seguir pero no puedo

Unknown dijo...

A mi m dio a los 10 años, afortunadamente desaparecio , pero hoy que tengo 17 ah regresado desde hace 2 meses y ya no lo ssoportó, trató de evitarlo pero no puedo��

Anónimo dijo...

Desde un pequeño trauma que sufri en la infancia a mis ojos cada persona estaba contamida no podía hacercarme y ni pensar que me tocasen con el tiempo intente de ocultarlo pero apese de que mi familia no lo supiese mis amigos lo sabían ellos mi apoyaron a buscar ayuda pero cuando traté de hacerlo me tomaron por tonta y se rieron de mi diciendo que no era nada al final por miedo mentía cada vez que me preguntaban siquiera con el número de veces que limpiaba mis manos a día de hoy con ayuda de terapias y con amigos que me apoyaron casi no soy misofobica aunque me queda mucho por superar sigo intentado que las personas de mi alrededor me comprendan

soficharo dijo...

Miren yo creo que es cuestión de voluntad.yo padecia de esto de adolescente,llegaba de la calle y m bañaba completa,ponía mi ropa a lavar y m frotaba con alcohol.luego desapareció cuando mi mama m puso ante la pregunta que pasa si un dia no t lavas? Ese dia fue el peor d todos y con el correr de los dias comprobe fehacientemente q nada iba a pasar... El tiempo paso y lo deje d lado.años después quede embarazada y luego de tener a mi bebe todo recomenzo.mi suegro enfermo y se encuentra en tratamiento por dialisis por un problema ,de cáncer d vejiga que tras varias quimio destrozaron sus riñones.hoy por hoy mi beba tiene 4 meses y hace dos que no permito que mi suegro la vea.es cruel y estoy pensando que acá no importa mi miedo a que mi suegro traiga gérmenes ,virus o bacterias del hospital...sino que mi hija pueda ver a su abuelo.y creo que esto me debe de impulsar para que esto vuelva a terminar como cuando termino en mi adolescencia.es muy difícil lidiar con esto..yo los entiendo y me siento súper identificada, pero saben una cosa? Por esta maldita obsecion me estoy perdiendo de disfrutar a mi beba y eso si que no lo puedo permitir.. Porque estas etapas que me pierdo por estos rituales estupidos ,no van a volver y ella va a crecer y m lo voy a perder.creo de corazón que la respuesta ,no nos va a dejar nunca tranquilos.sino que lo único que podemos hacer es dejar de lavarnos,cambiarnos y d pensar...es horrible pero es asi.mañana les escribo y les digo como m fue.pero no se vale que lo haga yo sola, los invito a ustedes tambien.

Unknown dijo...

Hola, existen dias en que no puedo parar de pensar en eso, me siento muy triste de estar pasando por esto. El lavar mis manos hasta que sangren y tirar las cosas que mas quiero a la basura, es horrible. Quisiera ser diferente, por un dia experimentar que se siente dejar de pensar, eh perdido a mis mejores amigos, eh dejado de hacer las cosas que me gustaban por este miedo estupido. Tengo mucho miedo y algunos dias no se como parar, tienes razon sofi, es bastante cruel, pero tenemos que hacerlo, dejar de lavarnos, dejar de tirarlo todo. Le deseo suerte amigos, esto es solo una faceta, la vida es diferente, la vida es increíble.

Unknown dijo...

Hola, ¿puedo saber más de tu caso...?


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